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J Alberto Villasana

Analista internacional.

Experto en relaciones Iglesia-Estado.

Autor de 12 libros.

3 veces Premio Nacional de Periodismo.

El Katéjon y el Anticristo

Conferencia “`Katechon´. El que retiene la manifestación del Anticristo. ( 2 Tes. 2, 3-8 )” pronunciada por el Lic. José Alberto Villasana Munguía el 4 de marzo de 2008 en la ciudad de Monterrey, estado de Nuevo León, República de México, en el marco del Simposium Internacional “Temores y Esperanzas del Final de los Tiempos”.

Dos Papas en Roma: retrasa BXVI al anticristo

Entre las referencias que más destacan respecto al Anticristo, a quien el mismo San Pablo llamó también el “impío”, el “hombre sin ley”, el “hijo de la perdición”, el “adversario”, hay un elemento que nos indica en qué momento será su manifestación pública en el escenario mundial, por el hecho de que lo precede inmediatamente y se relaciona directamente con él.

Ese signo se encuentra en la segunda carta que el Apóstol escribió a la comunidad cristiana de Tesalónica, en seguimiento a la visita pastoral que realizó a esa ciudad. En dicho documento, San Pablo establece que antes de que se manifieste públicamente el Anticristo tiene que ser quitada de en medio una persona que “retiene” o retrasa esa manifestación:

“…Que nadie os engañe de ninguna manera; porque antes (del Retorno de Cristo) tiene que darse la apostasía y manifestarse el impío, el hijo de la perdición, el adversario que se levanta y se opone contra todo lo que lleva el nombre de Dios o es objeto de culto, hasta el extremo de sentarse él mismo en el templo de Dios, haciéndose adorar como Dios. ¿No os acordáis que ya os dije esto cuando estuve entre vosotros? Vosotros sabéis qué es lo que ahora le retiene, para que se manifieste en su momento oportuno. Porque el misterio de la impiedad ya está actuando. Tan solo con quitar de en medio a aquel que lo retiene, entonces se manifestará el impío, a quien el Señor destruirá con el soplo de su boca y aniquilará con la Manifestación de su Venida” (2 Tes 2, 3-8).

El motivo de la carta era suscitar esperanza en medio de las pruebas, pero también moderar el fervor de los tesalonicenses. San Pablo había predicado con tanto vigor en Tesalónica sobre el misterio de iniquidad, que los tesalonicenses llegaron a pensar que los Últimos Tiempos eran ya inminentes. Por ello, San Pablo les da a conocer la existencia de un “obstáculo” (en griegokatejon) que primero tiene que ser removido, para que entonces pueda manifestarse públicamente el Anticristo.

En el versículo 6 utiliza el participio presente con pronombre neutro (to katejon) “Vosotros sabéis qué es lo que ahora le retiene”. En el versículo 7 lo utiliza con pronombre personal (ho katejon) “Tan solo con quitar de en medio a aquel que lo retiene, entonces se manifestará el impío”.

Una lectura cuidadosa del texto paulino nos lleva a concluir que el Apóstol deliberadamente utilizó dos géneros diversos para diferenciar realidades diferentes: el sentido neutro, para designar una realidad de impiedad y apostasía que ya actuaba desde aquella época y que los discípulos conocían perfectamente (pero que será máxima hacia el final de los tiempos de la Iglesia), y el masculino, para referirse a un personaje concreto cuya identidad ha sido un misterio para muchos a lo largo de la historia de la Iglesia, y que será precisamente el causante de que la manifestación pública del impío se retrase hasta que aquel no sea removido.

De esta forma, el katejon no puede ser tomado en sentido neutro, como si se tratase de una institución, o de un estado de cosas, o de un movimiento favorable al cristianismo. La referencia inmediatamente anterior de San Pablo para referirse a la apostasía y a la impiedad en el versículo 6 pone serias dificultades a esa interpretación, ya que el Apóstol habría utilizado las mismas palabras en el versículo siguiente.

Por ello, y porque San Pablo también se refiere al Anticristo en el sentido de un personaje concreto y preciso, se puede concluir que “el retenedor” es necesariamente una persona física, y que su acepción debe ser tomada en género masculino.

El sentido integral del versículo 7 parece indicar que San Pablo contrapone una persona, el Anticristo, a otra persona, precisamente la que retrasa u obstaculiza su manifestación pública. Es decir, nos encontramos ente una persona humana concreta, y una que no es histórica, sino futura.

Aparentemente, el señalamiento de San Pablo no aporta suficientes elementos para concluir a qué persona se refiere. Sin embargo, una detenida reflexión sobre el texto nos ayuda a encontrar dos indicaciones que apuntan a su identidad.

La primera, como ya dijimos, es que, al retrasar la manifestación pública del Anticristo, se trata necesariamente de alguien contemporáneo y con alguna relación directa al “impío”, por lo que no puede tratarse de un personaje lejano en la historia.

Lo segundo, es que esa relación se sitúa en el ámbito de lo espiritual, pues la manifestación del “impío” va ligada a la apostasía, abandono o negación de la verdadera religión, en favor de la "unificación" global de todas las religiones. Es decir, el retenedor es un líder religioso cuyo desempeño evita o retrasa que la doctrina apóstata tome preponderancia.

Analicemos nuevamente el texto: “…Que nadie os engañe de ninguna manera; porque antes tiene que darse la apostasía y manifestarse el impío (…) Tan solo con quitar de en medio a aquel que lo retiene, entonces se manifestará el impío…”

Con esos dos elementos, y dado que sólo a una persona Jesucristo prometió la asistencia particular del Espíritu Santo para garantizar la preservación del depósito de la fe, en contra de las diversas formas de apostasía, al Apóstol San Pedro y a sus sucesores legítimos, se podría concluir que el “retenedor” sea el Papa reinante cuando la disolución doctrinal llegue a tal nivel que el Anticristo pueda embaucar y fascinar al mundo.

Otra consideración importante es que ser quitado de en medio no es sinónimo de ser muerto. Un hecho tan grave lo hubiera señalado San Pablo con toda claridad. Aquí se trata de ser retirado, excluido, separado del cargo o del lugar desde el cual ejerce la función que precisamente retrasa la aparición pública del Anticristo, bien mediante la acción que ejerce, bien mediante la función que desempeña, o ambas.

Esta realidad lleva a preguntarnos si la profecía paulina del katejon pudiera ser la predicción y el fundamento escriturístico de la revelación que tuvo el Papa San Pío X y otros místicos católicos que hablan de una persecución violenta que le espera a un Papa legítimo, cuando un antipapa haya tomado el lugar físico de su Sede.

En 1909, el Papa San Pío X confió a su secretario particular y a otros colaboradores cercanos una revelación muy especial: “He tenido una visión terrible: no sé si seré yo o uno de mis sucesores, pero vi a un Papa huyendo de Roma entre los cadáveres de sus hermanos. Él se refugiará incógnito en alguna parte y después de breve tiempo morirá una muerte cruel”.

Ese acontecimiento, que aún no ha sucedido, coincide casi literalmente con el contenido de la visión que tuvieron los niños de Fátima en 1917. A ellos, la Virgen María les mostró la escena de un obispo vestido de blanco huyendo de una ciudad en ruinas, sobre los cadáveres de muchos sacerdotes y laicos, para posteriormente ser asesinado.

Lo primero que salta a la vista es que ese hecho no ha tenido verificación, y que no se refiere, como El Vaticano quiso hacer creer el 26 de junio de 2000, al atentado que Juan Pablo II sufrió en 1981, ya que el Papa no huyó de Roma, esta ciudad no estaba en ruinas, no había cadáveres de sacerdotes y laicos por su camino, y no murió posteriormente asesinado.

Por otro lado, creciente número de investigaciones documentadas y serias demuestran que el Tercer Secreto de Fátima en realidad está compuesto de dos documentos diversos: las páginas que la Hermana Lucía escribió con la visión del obispo vestido de blanco que huye de una ciudad en ruinas, y otro, consistente en un pedazo de papel en el que escribió las palabras de la Santísima Virgen con las que explicó el sentido de la visión.

La historia es sencilla. La Hermana Lucía se enfermó gravemente en junio de 1943. Su superior, Monseñor Da Silva, Obispo de Leiría-Fátima, temiendo que pudiera fallecer por la enfermedad, le ordenó, el 15 de septiembre, escribir el Secreto de Fátima. La Hermana le pidió la orden formalmente y por escrito. A partir de que la recibió, a la monja le atacó una extraña parálisis que ella consideró de tipo sobrenatural. Finalmente, el 2 de enero de 1944, la misma Virgen María se le aparece nuevamente confirmándole que esa era la voluntad de Dios, y que le daría la fuerza y la luz necesarias para poder escribirlo, cosa que hizo al día siguiente. Sin embargo, por el decaimiento tan severo que tuvo, la Hermana Lucía sólo pudo escribir, en su diario, la visión, pero no las palabras de la Virgen que interpretan la visión.

No fue sino hasta el 9 de enero que la Hermana Lucía volvió a tener fuerzas y finalmente escribió, en una hoja, las palabras de la Virgen, hecho que sucedió en la Capilla del Convento de Tuy.

Lo que El Vaticano dio a conocer el 26 de junio de 2000 fue el primer documento, el de la visión, pero omitió dar a conocer el documento que contiene la interpretación.

Existen diversos testigos que confirman la existencia del documento no dado a conocer, entre ellos el Cardenal Ottaviani, Monseñor Capovilla, secretario particular del Papa Juan XXIII.

Se sabe en qué fechas –diversas- llegaron ambos documentos a El Vaticano, en dónde se guardó cada uno, en qué fecha los Papas los leyeron. Toda esta historia contemporánea se haya reportada en diversas obras recientes como la de Andrea Tornielli (Il Segreto Svelato, Italia, 2000); la del vaticanista Marco Tossati (Il Segreto Nos Svelato, Italia, 2002) y la de Solideo Paolini (Fátima, non Disprezate le Profezie, Italia, 2005), la de Antonio Socci (Il Quarto Segreto di Fatima, Italia, 2006). A pesar de todas las evidencias, El Vaticano sigue negando la existencia del segundo documento prefiriendo no dar a conocer las palabras de la Virgen, sino solo el primero, el de la visión.

Con todo, gracias a las concordancias y a varios testimonios como los señalados arriba es posible concluir que el segundo documento habla de una prueba máxima para la Iglesia Católica y Occidente en la que se dará una grave oposición de cardenales contra cardenales, obispos contra obispos, laicos contra laicos, fruto de un cisma en el que un Papa legítimo tendrá que huir y refugiarse, mientras que un antipapa se encargará de liderar la “nueva iglesia” y difundir la apostasía desde la misma sede de Roma.

En palabras del Cardenal Luigi Ciappi, teólogo personal del Papa Juan Pablo II: “El Tercer Secreto se refiere a que la pérdida de la fe en la Iglesia, es decir, la apostasía, saldrá de la cúspide de la Iglesia”.

En palabras del P. Paul Kramer, “El antipapa y sus colaboradores apóstatas serán, como dijo la Hermana Lucía, partidarios del demonio, los que trabajarán para el mal sin tener miedo de nada”.

En la historia de la Iglesia han habido 38 antipapas, contando a Jorge Mario Bergoglio, es decir, eclesiásticos elegidos ilegítimamente estando en vida el Papa legítimo. La gravedad de este cisma es que el contenido será eminentemente doctrinal y contra la fe. Esta será la oposición entre la nueva iglesia y la Iglesia de la Tradición, la iglesia adaptada al mundo y la Iglesia fiel.

Desde luego, la revelación de Fátima no tienen carácter infalible y de fe, como sí lo tiene la profecía pública sobre el katejon de San Pablo, pero Fátima es una de las pocas revelaciones marianas aceptadas por la Iglesia y de mayor credibilidad, sea por la señal cósmica acontecida el 13 de octubre de 1917, sea por el cumplimiento de una parte de la profecía que ya tuvo verificación, sea, sobre todo, por los frutos espirituales y de conversión.

Además de Fátima encontramos otras revelaciones privadas que coinciden con dicha profecía:

1- San Francisco de Asís: “Habrá un Papa electo no canónicamente que causará un gran cisma. Se predicarán diversas formas de pensar que causarán que muchos duden, aún aquellos en las distintas órdenes religiosas, hasta estar de acuerdo con aquellos herejes que causarán que mi Orden se divida. Entonces habrá tales disensiones y persecuciones a nivel universal que si esos días no se acortaran, aún los elegidos se perderían”.

2- Las palabras de la Virgen reveladas en La Salette a Melania: “Roma perderá la fe, y se convertirá en la sede del Anticristo”.

3- La beata Ana Catlina Emmerick, religiosa Agustina, en 1820: “Vi una fuerte oposición entre dos Papas, y vi cuan funestas serán las consecuencias de la falsa iglesia, vi que la Iglesia de Pedro será socavada por el plan de una secta. Cuando esté cerca el reino del Anticristo, aparecerá una religión falsa que estará contra la unidad de Dios y de su Iglesia. Esto causará el cisma más grande que se haya visto en el mundo. 

Vi que muchos pastores se habían dejado seducir por ideas que eran peligrosas para la Iglesia. Estaban construyendo una iglesia grande, extraña y extravagante. Todos debían ser admitidos en ella para estar unidos y tener los mismos derechos: evangélicos, católicos y sectas de cualquier denominación. Así tenía que ser la nueva iglesia. Pero Dios tenía otros proyectos”. 

4- Ntra. Señora de la Paz, Anguera, Brasil (1987):

“El trono de Pedro caerá. Un Papa será amenazado y buscarán alejarlo de su trono”. La Iglesia se dividirá y surgirá otra iglesia, causando gran confusión. El pueblo de Dios perderá. Aquel que pudiera ser Pedro si convertirá en Judas. Llegará el día en que sobre el trono de Pedro se sentará aquel que cambiará para siempre las enseñanzas de la Iglesia. No os alejéis de la verdad.

Llegará el día en que surgirá un hombre aparentemente bueno y justo. Engañará a muchos porque utilizará grandes prodigios. Vendrá del hemisferio sur, y muchos lo considerarán como un salvador.

Muchos consagrados serán contaminados. Negarán los dogmas y se alejarán de la verdad. Surgirá un hombre aparentemente lleno de virtud, pero en realidad será un enviado del demonio. Engañará a muchos con su doctrina, pero encontrará una gran barrera en la fuerza y en la fidelidad de mis devotos y escogidos.

La Iglesia de mi Jesús llevará una pesada cruz. Llegará el día en que habrá dos tronos, pero solo sobre uno de ellos estará sentado el verdadero sucesor de Pedro.

5- Cardenal Karol Wojtyla: “Estamos ante la confrontación histórica más grande que la humanidad haya pasado. Estamos ante la contienda final entre la Iglesia y la anti-iglesia, el Evangelio y el anti-evangelio. Esta confrontación descansa dentro de los planes de la Divina Providencia y es un reto que la Iglesia entera tiene que aceptar”.

6- Juan de Vitiguero, en el Siglo XIII: “Cuando el mundo se encuentre perturbado, el Papa cambiará de residencia”.

7- Juan de Rocapartida, un siglo después: “Al acercarse el Fin de los Tiempos, el Papa y sus cardenales habrán de huir de Roma en trágicas consecuencias hacia un lugar donde permanecerán sin ser reconocidos, y el Papa sufrirá una muerte cruel en el exilio”.

8- Nicolas de Fluh, en el siglo XV: “El Papa con sus cardenales tendrá que huir de Roma en situación calamitosa a un lugar donde serán desconocidos. El Papa morirá de manera atroz durante su destierro. Los sufrimientos de la Iglesia serán mayores que cualquier momento histórico previo”.

9- El venerable Bartolomé Holzhauser, fundador de las sociedades de clérigos seculares en el Siglo XVIII: “Dios permitirá un gran mal contra su Iglesia: vendrán súbita e inesperadamente irrumpiendo mientras obispos y sacerdotes estén durmiendo. Entrarán en Italia y devastarán Roma, quemarán iglesias y destruirán todo”.

10- La revelación recibida por la Madre Elena Aiello, famosa estigmatizada que fuera consultada con frecuencia por el Papa Pio XII: “Italia será sacudida por una gran revolución (…) Rusia se impondrá sobre las naciones, de manera especial sobre Italia; se elevará una bandera roja sobre la cúpula de San Pedro”.

11- Elena Leonardi, asistida espiritual del Padre Pio: “El Vaticano será invadido por revolucionarios comunistas. Traicionarán al Papa. Italia sufrirá una gran revuelta y será purificada por una gran revolución. Rusia marchará sobre Roma y el Papa correrá un grave peligro”.

12- Enzo Alocci: “El Papa desaparecerá temporalmente y esto ocurrirá cuando haya una revolución en Italia”.

13- La Beata Ana María Taigi: “La religión será perseguida y los sacerdotes masacrados. El Santo Padre se verá obligado a salir de Roma”.

14- La mística María Steiner: “La santa Iglesia será perseguida, Roma estará sin pastor”.

15- Garabandal: “El Papa no podrá estar en Roma, se le perseguirá y tendrá que esconderse”.

16- El P. Stefano Gobbi, místico y fundador del Movimiento Mariano Sacerdotal: “Las fuerzas masónicas han entrado a la Iglesia de manera disimulada y oculta, y han establecido su cuartel general en el mismo lugar donde vive y trabaja el Vicario de mi Hijo Jesús. Se está realizando cuanto está contenido en la Tercera parte de mi mensaje, que aún no ha sido revelado, pero que ya se ha vuelto patente por los mismos sucesos que estáis viviendo”.

17- Akita, Japón: "Habrá cardenales contra cardenales y obispos contra obispos".

El Falso Profeta

En la simbología apocalíptica de San Juan, la Gran Tribulación está dominada por dos personales, el Anticristo, al cual dibuja con la imagen de la Bestia salida “del mar”, representación del poder político, y la Bestia salida “de la tierra”, símbolo del ámbito religioso. A ésta la llama la “Segunda Bestia”, que está al servicio de la Primera, y hace que toda la humanidad la adore.

A la Segunda Bestia, la denomina también “Falso Profeta”, y lo plasma seductor y pretendiendo emular a Jesucristo, adulterando la verdadera religión.

Dice Leonardo Castellani: “Cuando la estructura temporal de la Iglesia pierda la efusión del Espíritu, y la religión adulterada se convierta en la Gran Ramera, entonces aparecerá el Hombre de Pecado y su Falso Profeta, quien será a la vez como un Sumo Pontífice del Orbe, o bien tendrá a sus órdenes un falso Pontífice. Y matiza Alfredo Sáenz: “No que la Iglesia perderá la fe, pero sí se verá gravemente afectada. Todas las energías del demonio estarán concentradas en pervertir lo que es específicamente religioso. Al demonio no le interesa matar, sino corromper, envenenar, falsificar”.

La pseudo-Iglesia ó contra-Iglesia, predicará la democracia, la solidaridad, la tolerancia, la hermandad universal, convirtiéndose casi en una nueva religión.

Castellani opina que la advertencia a la Iglesia de Laodicea, por su indiferencia e infidelidad en la postrera época de la Iglesia, corresponde a la “gran apostasía” anunciada por San Pablo y por Jesús mismo. Por suerte, cuando habla del castigo dice “comenzaré a vomitarte” (Ap 3, 16), lo cual implica que el vómito o rechazo por parte de Dios no se consumará. Los que resistan y hagan penitencia se salvarán. Será la época de la parábola de la cizaña. Cuando llega el tiempo de la siega, es cuando la cizaña se parece más al trigo.

Precisamente ese es el papel encomendado al Falso Profeta. El Apocalipsis nos muestra el Templo profanado, no destruido. La religión se mantendrá, pero adulterada; los dogmas serán vaciados de su contenido y sustituidos por idolátricas doctrinas. El Templo perdurará porque no hay que destruirlo, servirá para que allí se siente el Anticristo “haciéndose adorar como Dios” (2 Tes 2, 4). Es la abominable desolación anunciada por Daniel (Dn 9, 27) y por Cristo (Mt 24, 15). Pero la corrupción de la Iglesia no será total. El pseudoprofeta logrará conculcar el atrio y las naves, pero el Tabernáculo o Sancta Sanctorum será preservado. La Iglesia falsificada se sumará al propósito de buscar el reino en este mundo, con los medios más eficaces, por ende los más satánicos. Es la tentación del reino milenario pero sin Cristo, un cristianismo expurgado de la Cruz y que prescinde de la Parusía.

La unificación del mundo se realizará por el terror y por la mentira: el terror político y la mentira de la falsa religión, un cristianismo enteramente falsificado.

 

Alberto Villasana habla de Maitreya.

Ancla 1

Segunda parte del tercer secreto de Fatima

El segundo documento, es decir, la cuarta parte del Secreto que el cardenal Sodano intencionalmente ocultó en el año 2000, y que corresponde a la tercera visión que tuvieron los niños en Fátima, fue fotografiado en 2010 en los departamentos pontificios y transmitido aTradition in Action, sin duda alguna con el consentimiento del Papa Benedicto XVI.

Esta es la fotografía de ese documento:

Traducción al español:

 

JMJ

Tuy 1/4/1944

Ahora voy a revelar la tercera parte del secreto: Esta parte es la apostasía en la Iglesia!

Nuestra Señora nos mostró una visión de un individuo que yo describo como el "santo Padre" frente a una multitud que lo vitoreaba.

Pero había una diferencia con un verdadero santo Padre, la mirada del demonio, éste tenía los ojos del mal.

Entonces, después de algunos momentos vimos al mismo Papa entrando en una iglesia, pero esta Iglesia era la iglesia del infierno; no hay manera de describir la fealdad de ese lugar. Parecía como una fortaleza hecha de cemento gris con ángulos quebrados y ventanas similares a ojos; tenía un pico en el tejado del edificio.

Enseguida levantamos la vista hacia Nuestra Señora que nos dijo: Visteis la apostasía en la Iglesia; esta carta puede ser abierta por el Santo Padre, pero debe ser publicada después de Pío XII y antes de 1960.

En el reinado de Juan Pablo II la piedra angular de la tumba de Pedro debe ser removida y llevada a Fátima. Porque el dogma de la fe no ha sido conservado en Roma, su autoridad será removida y entregada a Fátima. La catedral de Roma debe ser destruida y una nueva construida en Fátima.

Si 69 semanas después de que esta orden se publique, Roma sigue su abominación, la ciudad será destruida. Nuestra Señora nos dijo que esto está escrito en Daniel 9:24-25 y Mateo 21:42-44

 

Argumentos que apuntan a la autenticidad del Secreto:

1. Respecto a su contenido, es una descripción que ciertamente coincide con la realidad de confusión que estamos viviendo en la Iglesia, con toda una serie de transgresiones a la liturgia y a la doctrina. Si este texto se hubiera revelado antes de 1960 sin duda podría haberse evitado gran parte de la presente crisis;

2. Respecto a su forma, corresponde totalmente con las otras dos partes previamente reveladas, y manifiesta una coherencia con el mensaje general de Fátima;

3. Se trata de un texto completo en sí mismo, con una introducción, una explicación en su parte central y una conclusión, y es de 25 líneas, tal y como el auxiliar del Obispo Da Silva, Mons. Venancio, vio a contraluz;

4. El sentido resulta comprensible para cualquiera que lee el texto, incluso con las referencias meta-temporales;

5. La grafía y el estilo corresponden a los observados en los escritos de la auténtica Hermana Lucía en la primera y segunda parte del Secreto.

6. Concuerda con lo expresado por las personas que han visto el verdadero Tercer Secreto de Fátima personalmente, y cuyos testimonios hemos mencionado arriba: el Papa Pío XII, los cardenales Alfredo Ottaviani, Luigi Ciappi y Silvio Oddi, el Arzobispo Loris Capovilla. Todos ellos mencionan que el contenido se refiere al cisma y enfrentamiento entre dos Papas, y a que la apostasía, la corrupción de la fe, vendrá del vértice mismo de la Iglesia.

Por otro lado, mencionar el traslado de la piedra angular de la tumba de San Pedro a Fátima y la destrucción de Roma resulta llamativo ya que, cuando se reveló el Secreto, en 1917, todavía no se sabía que los restos de San Pedro estaban allí, lo cual avala el carácter sobrenatural, auténtico y profético del mensaje.

Con todo, la expresión "la piedra angular de la tumba de Pedro debe ser removida y llevada a Fátima" se refiere de forma eminente a la autoridad doctrinal del papado, y deja de ser misteriosa por cuanto apunta a la legitimidad del sucesor de Pedro como "piedra angular" que vuelve a sostener el "dogma de la Fe", después de que éste ha sido adulterado.

También hay que subrayar la coherencia que tiene esta versión que consideramos auténtica con la profecía católica en general. Dice, por ejemplo, la Virgen María en La Salette: "Roma perderá la Fe y se convertirá en la sede del anticristo". Y en el exorcismo del Papa León XIII se lee: "Donde fueron establecidas la Sede de San Pedro y la Cátedra de la Verdad como luz para las naciones, ellos han erigido el trono de la dominación de la impiedad, de suerte que, golpeado el Pastor, pueda dispersarse la grey". Y la famosa profecía del Papa San Pío X que ya citamos: "He tenido una visión terrible: no sé si seré yo o uno de mis sucesores, pero vi a un Papa huyendo de Roma entre los cadáveres de sus hermanos. Él se refugiará incógnito en alguna parte y después de breve tiempo morirá una muerte cruel", misma visión que tuvieron los pastorcitos de Fátima y El Vaticano dio a conocer en junio del año 2000.

Llama la atención, en el auténtico Secreto de Fátima, la mención de los Papas Pío XII y Juan Pablo II, pues en el año en que se dieron las revelaciones gobernaba la Iglesia Benedicto XV, y después vendría Pío XI y luego otros tres más hasta llegar a Juan Pablo II.

Pero aquí también hay concordancia con el conjunto de las revelaciones de Fátima respecto a la mención de Papas futuros que aún no se conocían, pues en la segunda parte del Secreto les dijo la Virgen: "La guerra pronto terminará (Primera Guerra Mundial). Pero si no dejaren de ofender a Dios, en el pontificado de Pío XI comenzará otra peor". Si alguien hubiera inventado este texto no hubiera mencionado a Papas futuros, dado que esto podría haber sido señalado como una objeción. Es decir, la impugnación misma que se puede hacer a la autenticidad del texto se convierte en prueba de su autenticidad.

Lo más dramático y grave del Secreto es la que se refiere a la fe: "En el reinado de Juan Pablo II la piedra angular de la tumba de Pedro debe ser removida y llevada a Fátima". De esto hablaremos más abajo.

Y la parte más difícil, al menos desde le punto de vista teológico, es: "Si 69 semanas después de que esta orden se publique, Roma sigue su abominación, la ciudad será destruida. Nuestra Señora nos dijo que esto está escrito en Daniel 9:24-25 y Mateo 21:42-44".

Las citas nos dicen que hay una correlación entre Fátima y las profecías escatológicas de la Biblia. La cita de Daniel se refiere a la "70 semana", faltante a las 69 semanas que se cumplieron desde Nabucodonosor hasta el bautismo del Mesías en el Jordán. Para los judíos, la "semana" (shabua) no son 7 días, sino 7 años. Por lo que entonces se verificaron 483 años.

A ese lapso falta aún la "70 semana" que corresponde a los siete años del gobierno mundial del anticristo (denominada por Jesucristo la "Gran Tribulación"), en que iglesia apóstata estará al servicio del orden global anticristiano, y en que la Iglesia fiel a Dios y a la tradición será perseguida.

Por ello, la mención de 69 semanas es literal, no puede subyacer a la interpretación judaica del Antiguo Testamento. Son propiamente 69 semanas naturales a partir de un acontecimiento concreto que el Tercer Secreto no menciona explícitamente.

La otra cita, la de San Mateo, como explicando el que la autoridad doctrinal petrina sea retirada al Papa y transferida a quienes son fieles a la tradición y al mensaje revelado en Fátima, consiste en la condena lanzada por Jesucristo a las autoridades judías farisaicas que rechazaron al Mesías: "Ahora yo les digo, a ustedes se les quitará el Reino de los Cielos, y le será entregado a un pueblo que le hará producir sus frutos" (Mt 21, 42).

La "abominación" en que vive Roma actualmente es debida a la infiltración masónico-comunista a la que se refiere el padre Gobbi, y cuya máxima expresión cristalizará a futuro en el gobierno mundial del anticristo con la complicidad de la nueva iglesia. El plan es construir un gobierno centralizado, socialista y ateo, del cual la falsa iglesia proclamará que puede ser considerado como "cristiano".

Uno de los mayores secretos con relación a la Iglesia y al Concilio Vaticano II es el "Pacto de Metz". En agosto de 1962, en la ciudad francesa de Metz, el cardenal Tisserant, siguiendo órdenes precisas de Juan XXIII, llevo a cabo un pacto entre la Santa Sede y el patriarca ortodoxo Nikodim, enviado por el politburó soviético. Con ese pacto, la Iglesia se comprometía a que en el Concilio no habría ninguna condena contra el comunismo y el marxismo, a cambio de que los rusos enviaran dos representantes al Concilio.

La respuesta de Juan XXIII respecto a porqué no daba a conocer el Secreto de Fátima era que no le parecía "sobrenatural", y que los soviéticos podrían molestarse por el tema de la consagración de Rusia.

El Pacto de Metz era una traición, ya que el Papa Pío XI, en 1937, había enseñado y explicado ampliamente, en su Encíclica Divini Redemptoris, que "el comunismo es intrínsecamente perverso; y no se puede admitir que colaboren con él, en ningún terreno, quienes deseen salvar la civilización cristiana". Y ya en su Encíclica Non Abbiamo Bisogno había condenado la masonería, y en la Pascendi Dominici Gregis, había advertido de la infiltración a la Iglesia: "Al presente no es menester ir a buscar a los fabricantes de errores entre los enemigos declarados: se ocultan, y esto es precisamente objeto de grandísima ansiedad y angustia, en el seno mismo del corazón de la Iglesia. Enemigos, a la verdad, tanto más perjudiciales, cuanto lo son menos declarados. Hablamos venerables hermanos, de un gran número de católicos seglares y, lo que es aún más deplorable, hasta de sacerdotes. Ellos traman la ruina de la Iglesia no desde fuera, sino desde adentro; en nuestros días el peligro está casi en las entrañas mismas de la Iglesia y en sus mismas venas. No hay parte alguna de la fe católica donde no pongan su mano, ninguna que no se esfuercen por corromper".

La masonería fue creada por nueve prominentes judíos, en el año 43, en la corte del rey Herodes Agripa, con el nombre "La Fuerza Misteriosa" y con la finalidad de perseguir a los cristianos. En el año 1717 cambiaron de nombre y comenzaron a llamarla "Masonería" simulando públicamente una finalidad filantrópica. Pero el hecho de que en los grados superiores se conservase siempre el objetivo último de destruir la Iglesia y a la cristiandad, llevó a que los Papas, desde Benedicto XIV (1751) hayan establecido la excomunión para quien se adhiere a cualquiera de sus ritos, disciplinas, logias y sociedades secretas.

La advertencia concreta del Papa Pio XI surgió porque en su pontificado se hacían contactos ocultos para hacer una "amnistía", un acuerdo inicuo entre la Iglesia y la masonería negra pro comunista. El primer encuentro formal se tuvo, en 1926, en Aix-La Chapelle de Aachen, en la que se reunieron los sacerdotes jesuitas Herman Gruber y Joseph Berteloot, con los tres eminentes masones Kurt Reichl, del Consejo Supremo de Austria, Eugen Lenhoff, gran maestre de la Gran Logia Austriaca, y el doctor H. Ossian Lang, secretario general de la Gran Logia de Nueva York. Otra entrevista se tuvo, poco después, entre los sacerdotes Gruber y Mukermann, con el cabalista Oswald Wirth y el gran maestre grado 33 Albert Antoine, del Supremo Consejo Escocés, para planear la estrategia de crear un "socialismo global cristiano" vinculado al marxismo.

En 1937, los dignatarios del Consejo Supremo de Francia emprendieron, con Oswald Wirth, la tarea explícita de propiciar el acercamiento entre sacerdotes católicos y la corriente espiritualista de la masonería negra.

Contactos con grupos de la masonería siguieron teniendo eminentes jerarcas católicos como los cardenales Bea, Liénar, Frings, Köning y Suenens; los teólogos Han Küng, el dominico Schillebeckx y el jesuita Van Kolsdonk. En París, el delegado apostólico Angelo Roncalli trabajaba por una "reconciliación" entre la Iglesia y la masonería, ya que él mismo había sido iniciado en la logia Rosacruz siendo delegado apostólico en Turquía. En 1953, después de haber sido investido cardenal por Pio XII, quiso regresar a Francia para encontrar al gran masón Vincent Auriol, ante quien se arrodilló para que éste le re-impusiera el capello cardenalicio, ratificando así su lealtad a la masonería.

A todo esto es a lo que se refieren las advertencias de la Virgen María en el Tercer Secreto de Fátima: "si Roma sigue su abominación, la ciudad será destruida".

Llama la atención que el destino del mundo en estos días gira entorno a Rusia. La Virgen en Fátima avisó, en 1917, apenas unos meses antes de la Revolución Bolchevique, llevada a cabo por eminentes judíos, que si Rusia no se convertía y no era consagraba por el Papa a su Inmaculado Corazón, esa nación esparciría sus errores por todo el mundo. Esos errores fueron la masonería y el comunismo que la Iglesia Ortodoxa Rusa llevó al Concilio.

El mensaje de Fátima es una invitación a la conversión, a volver a Dios mediante la penitencia, la oración y la caridad. Pero también es un llamado a defender la fe contra cualquier relectura marxista del Evangelio que se nos quiera imponer. Y en este sentido es preciso volver a leer laEncíclica Divini Redemptoris del Papa Pio XI condenando el marxismo ateo, pero teniendo en mente las nuevas versiones del marxismo: la tolerancia, la falsa paz, el ecologismo, la democracia y el igualitarismo:

Tal vez todo esto es la razón por la que algunos en El Vaticano no quieren que se conozca la cuarta parte del Secreto de Fátima ni la historia de la verdadera hermana Lucía. Quieren alargar la mentira lo más que se pueda, para así lograr la confusión y la perdición del mayor número de almas posible. Pero Jesús ha prometido el triunfo de su Iglesia y estar con nosotros "todos los días hasta la consumación del mundo". Hay que rezar para que los pobres satanistas, masones y neo-marxistas recapaciten. Y para que la misericordia infinita de Dios toque sus corazones y se conviertan, evitando así la condenación eterna de su alma y que sigan dañando a la Iglesia. Todo es posible para aquel que cree.

Conviene resaltar la relación que existe entre la cuarta parte del secreto, el documento fotografiado en 2010, sobre todo por lo que se refiere a la apostasía que proviene del vértice de la Iglesia, con la imagen de un templo grande y grotesco, demoníaco) y la revelación que tuvo la beata Ana Catlina Emmerick, religiosa Agustina, en 1820: “Vi una fuerte oposición entre dos Papas, y vi cuan funestas serán las consecuencias de la falsa iglesia, vi que la Iglesia de Pedro será socavada por el plan de una secta. Cuando esté cerca el reino del Anticristo, aparecerá una religión falsa que estará contra la unidad de Dios y de su Iglesia. Esto causará el cisma más grande que se haya visto en el mundo. Vi que muchos pastores se habían dejado seducir por ideas que eran peligrosas para la Iglesia. Estaban construyendo una iglesia grande, extraña y extravagante. Todos debían ser admitidos en ella para estar unidos y tener los mismos derechos: evangélicos, católicos y sectas de cualquier denominación. Así tenía que ser la nueva iglesia. Pero Dios tenía otros proyectos”.

Respecto al comunicado de El Vaticano de mayo de 2016 en que el Papa Benedicto XVI supuestamente declara que la publicación del Secreto de Fátima que se hizo en 2000 fue completa, nos preguntamos ¿cómo puede el Papa contradecirse? O miente ahora, o mintió en 2003 y en 2010 cuando declaró que el cardenal Sodano le torció la mano para aceptar una interpretación falsa, y que parte del Secreto se refiere a un acontecimiento futuro de la Iglesia. Por supuesto que ninguna de las dos. Mintió la jerarquía masónica porque no quieren que su ocupación de El Vaticano quede manifiesta.

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